jueves, 14 de abril de 2011

BELLAS DURMIENTES

La Bella Durmiente es uno de los relatos maravillosos más conocidos y que más interés ha suscitado entre estudiosos y creadores a la hora de  proceder a su análisis y reescritura.
Algunos de sus elementos están ya presentes en los mitos clásicos grecolatinos. Así, el motivo de la doncella dormida y reavivada por la intervención de un agente masculino lo encontramos en el mito de Deméter y Core; y la rivalidad amorosa femenina se prefigura en la historia de  Latona y los celos de  Hera.
Se ha sugerido también la conexión con el cuento popular indio Surya Bai, recogido por Mary Frere y publicado por primera vez en 1868. Entre las fuentes  medievales europeas se señalan entre otras los anónimos del siglo XIV, "Historia de Troylus y la bella Zellandine", del libro III de Perceforest, o el cuento catalán Frayre de Joy e Sor de Plaser (Hermano de alegría, hermana de placer). En estas versiones, un sueño mágico impide que la doncella  se dé cuenta de que es violada por el príncipe y concebirá uno o varios hijos que despiertan a la madre extrayendo mediante succión de un dedo el objeto que ha causado el hechizo. Esta es también la versión de la historia Sol, Luna y Talía, publicada por G. Basile en su Pentamerone en 1634. La protagonista, en el cuento de Basile, acaba convertida en amante de su estuprador y debe sufrir la persecución de la esposa de este, que planea  que los hijos bastardos de ambos sean cocinados y la bella rival acabe quemada en la hoguera. El final piadoso trae la salvación y rescate a manos del príncipe, pero dista mucho de la edulcorada visión Disney que hoy manejamos.

  Henry Meynell Rheam - Sleeping Beauty


Las versiones tradicionales más conocidas en la actualidad proceden de Belle au Bois Dormant (La Bella Durmiente del Bosque) incluida por  Perrault en 1697 en Cuentos de Antaño, más dirigida a un público adulto; y la  púdica e infantil Dornröschen, publicada por primera vez por los folkloristas Grimm en Cuentos de niños y del hogar (1812), y que fue recibiendo  numerosas modificaciones a través de las diversas ediciones del cuento.
La potencia de la historia se ha transmitido en un entramado de manifestaciones de la tradición oral y escrita y ha multiplicado la pluralidad de interpretaciones: desde la crítica psicoanalítica o feminista a la reescritura literaria (de Henry James a Quim Monzó), pasando por las versiones porno o las traslaciones pictóricas (Gustave Doré, E. Burne-Jones) o musicales (el mágnifico ballet con música de Piotr I. Tchaikovsky).
Como analiza Antonio Rodríguez Almodóvar en sus Cuentos al amor de la lumbre, la mayor parte de los arquetipos de los cuentos centroeuropeos, fijados en las grandes colecciones ya clásicas, tienen su réplica en la literatura oral española: tenemos nuestras propias Cenicientas y Blancanieves, así como la curiosa historia de El principe durmiente en su lecho, versión masculina del cuento, con una activa protagonista femenina que salva de su secuestro a un príncipe encantado. 

Frances MacDonald . The Sleeping Princess

No hay comentarios:

Publicar un comentario